VENUSTIANO CARRANZA:
DE PALACIO NACIONAL A TLAXCALANTONGO
Curaduría:
Violeta Tavizón Mondragón
y Edwin Álvarez Sánchez
Museo Comunitario Venustiano Carranza
El Gobierno del Estado de Puebla, la Secretaría de Cultura del Estado de Puebla, el Museo Casa Carranza dependiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y el Gobierno Municipal de Xicotepec 2018-2021, suman esfuerzos para abrir en el marco de la conmemoración del Centenario luctuoso del Barón de Cuatro Ciénegas, el Museo Comunitario Venustiano Carranza.
Durante una noche lluviosa Carranza fue sorprendido por el clamor de los disparos, junto a los hombres que lo acompañaban en la choza donde se resguardaban. Tlaxcalantongo protagonizó el magnicidio del presidente Venustiano Carranza, un hombre que luchó por reconstruir el sistema político de la nación.
Además de ser testigo de la muerte de este caudillo y de ocupar un lugar en la historia de México, Tlaxcalantongo tiene una riqueza en cuanto a su patrimonio cultural intangible. De ahí que se ha destinado en este recinto museístico, un espacio para mostrar no solo la historia de hechos acontecidos en el pasado, sino también la memoria viva de sus pobladores.
Foto A: Venustiano Carranza y Francisco I. Madero
Archivo Casasola
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional - INAH
¡Viva Carranza!
En el marco del centenario luctuoso de Venustiano Carranza, se presenta esta exposición fotográfica, con la intención de recordar el asesinato artero del fundador del Estado mexicano contemporáneo. La muestra comprende una selección de fotografías de la Fototeca Nacional realizada por el Museo Casa Carranza, dependiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Bajo la bandera del Plan de Guadalupe, Carranza encabezó la lucha contra el gobierno de Victoriano Huerta. Después inició la reconstrucción legal e institucional del país, por medio de decretos relativos al reparto agrario, la defensa de los derechos de los trabajadores, el municipio libre, la autonomía del Poder Judicial, entre otros. Su labor legislativa culminó con la convocatoria a un Congreso Constituyente y la promulgación de la Constitución Política de México, el 5 de febrero de 1917.
En las elecciones de 1920, la propuesta de Carranza de ser sucedido en la presidencia por un civil, y no por un militar revolucionario, llevó a la rebelión de la mayor parte del Ejército bajo el Plan de Agua Prieta. Tras este levantamiento lidereado por Álvaro Obregón, Carranza trató de trasladar su gobierno a Veracruz, sin embargo el acoso de las fuerzas enemigas lo obligó a abandonar sus trenes en la estación de Aljibes. De allí inició un trayecto a caballo hasta Tlaxcalantongo, donde fue asesinado la madrugada del 21 de mayo de 1920.
Foto B: Venustiano Carranza preside la ceremonia en honor a los héroes de la Batalla de Puebla
Archivo Casasola
5 de mayo de 1920
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional - INAH
La sucesión presidencial
Venustiano Carranza gobernó como presidente constitucional desde mayo de 1917. Para el año electoral de 1920, se tenía que decidir quién sería el sucesor presidencial. Carranza estaba convencido de que uno de los problemas más graves que había sufrido el país, era el del militarismo. De ahí que propuso para la presidencia a un civil, designando como candidato al Ingeniero Ignacio Bonillas, antiguo embajador de México en los Estados Unidos.
El antimilitarismo de Carranza chocó con las ambiciones políticas de los generales Álvaro Obregón y Pablo González, destacados caudillos del Ejército Constitucionalista. Al no contar con el respaldo del gobierno, decidieron lanzarse a la lucha como candidatos de oposición.
Diversos generales comenzaron a adherirse al Plan de Agua Prieta, uno de ellos fue Roberto F. Cejudo, quien fue aprehendido por sublevarse en contra del presidente. Con la intención de bloquear el triunfo casi seguro de Obregón en las elecciones, Venustiano Carranza ordenó que fuera citado por las autoridades para rendir declaración sobre si estaba al tanto o no de los planes de Cejudo. Después del interrogatorio, se libró una orden de aprehensión en su contra, por lo que Obregón huyó de la Ciudad de México disfrazado como ferrocarrilero.
Foto C: Ignacio Bonillas
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional – INAH
La Rebelión de Agua Prieta
En 1919 se presentaron una serie de tensiones entre el gobierno del estado de Sonora y el gobierno federal por el uso de aguas en el Río Sonora. Al considerar que Carranza violaba la soberanía del estado, el gobernador Adolfo de la Huerta decidió levantarse en armas, apoyado por el general Plutarco Elías Calles, rebatiendo al presidente con el Plan de Agua Prieta, en el que desconocían a Carranza como autoridad máxima de México.
La sublevación del gobierno sonorense coincidió con la huida de Obregón de la Ciudad de México. La mayoría de los generales con mando de tropas decidieron adherirse al Plan de Agua Prieta para manifestar su apoyo a Obregón, quien fue proclamado líder del movimiento. Este hecho fue conocido como la “huelga de generales”. El general Pablo González también se levantó en armas, pero sin adherirse al Plan de Agua Prieta.
En respuesta al levantamiento, Carranza tardó varios días en decidir qué hacer, hasta que optó por abandonar la capital y trasladarse a Veracruz, acompañado de sus más cercanos allegados y del personal de los tres Poderes de la Unión: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. La tardanza de la decisión permitió que las fuerzas del general Pablo González se acercaran y rodearan la capital antes de que Carranza emprendiera su viaje. Solo la mitad de los trenes consiguió salir de México. A este convoy conformado por casi 20 vagones, se le llamó la “Columna de la Legalidad”.
Foto D: Revolucionarios con las cajas que contenían timbres y documentos de Venustiano Carranza
Archivo Casasola
Mayo 1920
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional – INAH
Muerte en Tlaxcalantongo
La comitiva presidencial salió de la Ciudad de México el 7 de mayo de 1920. Durante su trayecto, el convoy de trenes fue atacado continuamente por las fuerzas de Pablo González y de los aguaprietistas. La deserción de hombres, el aumento de los ataques, la continua destrucción de vías férreas y la falta de agua para las locomotoras, obligaron a Carranza a abandonar su propósito de llegar a Veracruz por tren. Por ello el presidente decidió emprender la marcha a caballo, internándose en la sierra de Puebla, rumbo a San Luis Potosí.
La comitiva se hallaba muy reducida. Del 14 al 19 de mayo, el presidente y sus acompañantes recorrieron numerosas poblaciones. El día 19 llegaron a Patla, donde un día después, el general Rodolfo Herrero fue a presentarse ante Carranza para ponerse a sus órdenes. Herrero era un ex federal que se había rendido al gobierno meses antes. Carranza decidió confiar en él por recomendación del subsecretario de Guerra Francisco de Paula Mariel.
Herrero condujo a la comitiva presidencial a Tlaxcalantongo, en donde les sugirió pernoctar. Herrero se ausentó pretextando que uno de sus hermanos se hallaba herido. En la madrugada del 21 de mayo, los hombres de Herrero atacaron la ranchería y abrieron fuego contra las chozas. Durante el tiroteo, Venustiano Carranza resultó con ocho heridas de bala, causadas por cuatro disparos.
Foto E: Ataque a Aljibes en algunos vagones
Archivo Casasola
Mayor 1920
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional – INAH
Después de Tlaxcalantongo
El cadáver de Venustiano Carranza fue llevado a Villa de Juárez, para practicarle una autopsia, y de allí, trasladaron el cuerpo a Necaxa. El 25 de mayo llegó a la Ciudad de México, donde fue recibido por el H. Cuerpo Diplomático, que lo condujo a la casa de la familia Carranza, en las calles de Río Lerma. Poco después fue sepultado en el Panteón Civil de Dolores.
El 4 de febrero de 1942, durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho, los restos fueron exhumados e incinerados y el 5 de febrero, depositados en una de las columnas del Monumento a la Revolución. Parte de las cenizas fue llevada al Museo dedicado a Carranza en Xicotepec. Sin embargo, un frasco que contenía el corazón, el hígado y el bazo del presidente, permaneció en la tumba de Dolores.
El 5 de febrero de 1963, el frasco con las vísceras de Carranza fue extraído y tras ser colocado en una urna de bronce, fue velado en la casa de Río Lerma no. 35, donde actualmente se encuentra el Museo Casa Carranza. Un día después, la urna fue depositada en el interior del pedestal de una estatua en honor al presidente Carranza en Río Ródano. Actualmente dicha estatua está situada en la explanada de la Alcaldía Venustiano Carranza en la Ciudad de México.
Foto F: Comitiva con el cadáver de Carranza, camino a su casa en Río Lerma
Archivo Casasola
Mayor 1920
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional – INAH
La choza de Tlaxcalantongo
En Patla, Rodolfo Herrero le juró lealtad a Carranza y le pidió pasar esa noche en Tlaxcalantongo, para su mayor seguridad. Los habitantes de aquel poblado, procuraron acondicionarle lo mejor posible la choza, y colocaron seis sillas para que estuvieran más cómodos. La lluvia no cesaba por lo que dejaron las monturas adentro de la choza, para que no se mojaran; Carranza y sus cinco acompañantes, se acostaron en el piso para descansar un poco; se sabe que Carranza no podía conciliar el sueño, sólo dormitaba.
Días después de la muerte del presidente, el periódico El Universal, publicó una nota especial sobre el magnicidio, y ahí incluyeron un croquis de la choza, en la que se indicaba dónde estaban ubicados los supuestos soldados comandados por Rodolfo Herrero, y cómo se habían recostado, en pares, Carranza y sus cinco hombres.
A cien años del aniversario luctuoso de Venustiano Carranza, se ha reproducido la escena en la que todos, incluyendo al presidente se encontraban descansando antes de que llegaran a acribillarlo; la disposición de los cuerpos aquí presentados, están basados en el croquis del periódico antes mencionado.
Foto G: Choza en Tlaxcalantongo
Archivo Casasola
Mayor 1920
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional – INAH
Foto H: Croquis de la choza donde currio el magnicidio
Periódico El Universal
Mayo 1920
Hemeroteca del Museo Casa Carranza INAH
Resultado de la autopsia de Venustiano Carranza
•La herida en el pecho debió de suceder cuando le dispararon a Carranza adentro de la choza, de frente al presidente y con una pistola de bajo calibre, ya que el cuerpo no presentó un orificio de salida.
•Las balas que destrozaron las falanges del presidente aún son un misterio, posiblemente Carranza interpuso su mano cerca del cañón de la pistola de su atacante, destruyéndole con la detonación del disparo las falanges.
•La herida en el abdomen, produjo un orificio de salida en el costado izquierdo.
•La herida de la pierna, con orificios de entrada y salida, debió ser ocasionada por un disparo realizado pecho tierra, desde la fachada frontal de la choza.
Foto J: Médicos que realizaron la autopsia a Carranza
Fografía de Manuel M. Márquez
Archivo Casasola
Mayo 1920
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional – INAH
Los testigos del magnicidio
Foto J: Médicos que realizaron la autopsia a Carranza
Era jefe de telégrafos y soldado. Insistió hasta el final que los disparos habían provenido del exterior de la choza. Escoltó junto con Octavio Amador, los restos del presidente hasta la Ciudad de México.
Mario Méndez
Fue secretario particular de Carranza y el único del que se desconoce su rostro, de los cinco hombres que acompañaron al presidente en la choza aquella madrugada del 21 de mayo.
Pedro Gil Farías
Originario de Rampos Arizpe, Coahuila, se distinguió por ser antirreeleccionista y se unió a las filas de Carranza desde 1911. Realizó comisiones de prensa para el presidente y fue nombrado oficial mayor de su secretaría particular.
Octavio Amador
Capitán del Estado Mayor, era una de las personas más cercanas a Carranza. Fue testigo presencial del ataque al presidente. Durante su declaración del asesinato, finalizó diciendo: “Finalmente, el jefe enmudeció del todo, cesando el jadeo y su estertor”.
Venustiano Carranza
Confiando en la palabra de Rodolfo Herrero, quien le garantizó estar a salvo en Tlaxcalantongo, se sabe que esa noche el presidente no podía conciliar el sueño. Mientras dormitaba, el clamor de los disparos lo sorprendió. Sus últimas palabras las dirigió a Aguirre Berlanga quien se encontraba a su lado. Cuando Carranza sintió el disparo en la pierna, le dijo a Aguirre Berlanga: “Licenciado, me rompieron una pierna”.
Manuel Aguirre Berlanga
Político coahuilense a quien Carranza designó como secretario de gobernación. Tras la partida de la Columna de la Legalidad hacia Veracruz, Aguirre Berlanga estuvo siempre cerca del presidente. Se encontraba durmiendo a un lado de él, en la choza de Tlaxcalantongo. Los periódicos de la época señalaron que resultó gravemente herido en el ataque.
Análisis de la emboscada a Carranza
•Aquella madrugada del 21 de mayo de 1920, llovía torrencialmente en Tlaxcalantongo.
•Afuera del jacal donde se encontraba el presidente, se instalaron las tropas que acompañaban a Venustiano Carranza.
•Se dice que una veintena de hombres, comandados por Rodolfo Herrero, atacaron la choza en la que descansaba Carranza.
•Algunos soldados que custodiaban la choza fueron heridos, otros asesinados y unos más capturados por los soldados de Herrero.
•La ropa que aquel día portaba el presidente, actualmente se encuentra bajo resguardo del Museo Casa Carranza en la Ciudad de México.
•Las crónicas de los periódicos narran que el presidente sangraba mucho, tras haberle disparado cuatro veces y provocarle ocho heridas de bala.
•De acuerdo a los testimonios de Manuel Aguirre Berlanga e Ignacio Suárez, todas las heridas fueron producidas por disparos hechos desde el exterior de la choza, de arriba hacia abajo.
•El general Francisco L. Urquizo afirmó que los cinco testigos que estaban en la choza junto al presidente, declararon que a Carranza lo remataron adentro de la choza.
Foto K: Rodolfo Herrero
Archivo Casasola
Secretaría de Cultura – Fototeca Nacional – INAH