¿Estás en busca de inspiración?
Para hacer un cambio en tu comunidad, echa un vistazo en esta EXPOSICIÓN a las virtudes cívicas de un gran líder mexicano:
VALENTÍN CAMPA
Es mantener la voluntad de dar todo nuestro esfuerzo y aplicar todas nuestras capacidades en algo valioso a lo que nos hemos abocado u obligado (sacrificando el aquí y ahora, en aras de concretar proyectos de beneficio colectivo a largo plazo).
(1910 - 1921)
Cursaba el 6º de primaria en Torreón, Coahuila, cuando -ante la invasión estadounidense dirigida a detener a Francisco Villa-, Valentín Campa Salazar se presentó con sus compañeros de escuela, frente al batallón que se entrenaba en la estación del ferrocarril, pidiendo ser enlistados para combatir a los invasores. Debido a que contaba con tan sólo 12 años de edad, no fue aceptado.
A mediados de 1920 junto con su familia se traslada de Durango a Tampico. Ya en el puerto, le atrae la idea de trabajar como obrero en la industria petrolera. Comprometido con brindar ayuda para solventar los gastos de su casa, teniendo 16 años -a escondidas de su padre y apoyado en consejos de un amigo- consigue una plaza de oficial tubero en la compañía La Corona. Siendo todavía un adolescente, obtiene -con inusitada rapidez y producto de su esfuerzo, dedicación y empeño (aún en las horas extras que trabajaba)- el puesto de fogonero de grúa y en calderas fijas.
Comenzó a comprometerse con la organización de los trabajadores para mejorar sus condiciones de trabajo y de vida: si bien en la compañía no existía un sindicato (por lo que la relación de cada obrero con los jefes y los capataces era directa), se escuchaban comentarios sobre huelgas que venían aconteciendo en otros lares. Habían sido rotas por Luis N. Morones, líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), con acompañamiento de las fuerzas represivas del gobierno.
Estando sujeto al ejemplo de su compañeros quienes consumían cotidianamente bebidas alcohólicas, después de dos años de emborracharse todas las noches, Valentín asume -frente a su padre y a pesar de estar sometido a un clima extremo- el compromiso de no tomar, que cumple cabalmente por décadas, aún frente a intensas presiones de compañeros (e incluso de desconocidos).
Habiéndose trasladado con su familia a Hipólito, Coahuila, en 1921, al año siguiente fue nombrado orador para el acto del 16 de septiembre. Manifestó su compromiso para con las nuevas generaciones: es lamentable que en el pueblo existan nueve cantinas y ni una sola escuela. Propongo la constitución de un comité del pueblo que la construya. A él se unieron varios ferrocarrileros y algunos pequeños comerciantes. Meses después concluyó la construcción de la primera escuela del lugar.
Es ejercer un frente de lucha social con múltiples acciones dirigidas a impulsar -conforme a los valores de la democracia- causas valiosas como el bienestar; la expansión del acceso efectivo a derechos; la defensa de libertades; o la expansión de la democracia.
(1920 - 1927)
En 1920 trabajó como garrotero de Ferrocarriles Nacionales de México (Ferronales). Ahí empezó su militancia sindical en la Confederación de Trabajadores y Transportes (CTT) afiliada a la Confederación General de Trabajadores (CGT).
Con apenas estudios de primaria se empleó en 1922 como garrotero extra, y -tras concluir el primer grado de secundaria- se preparó con el propósito de ascender. Corriendo la misma suerte que otros trabajadores ferrocarrileros del país, Campa fue despedido. Tomó un trabajo en la estación en calidad de dependiente de carros y guías.
En 1925 estableció relaciones con muchos compañeros ferrocarileros de Ciudad Victoria, Tamaulipas, y vínculos con campesinos agraristas a quienes logró sumar a reuniones y actos como las manifestaciones del primero de mayo. Cooperó con sindicatos de todo el estado para apoyarles gratuitamente en trámites ante la Junta Central de Conciliación y Arbitraje.
En 1928 entra de lleno a la actividad sindical al ser nombrado miembro de la Dirección del Subconsejo Divisional de la Confederación de Transportes y Comunicaciones (CTC). En su primera participación destacada como líder, habló a nombre del Partido Comunista. Fue en una campaña en defensa de Sacco y Vanzetti, italianos radicados en Estados Unidos, acusados -falsamente- de ser terroristas. Dicho movimiento en pro de los anarcosindicalistas fue impulsado por la Internacional Comunista, en unidad de acción con los anarquistas de todo el mundo.
El gobierno de Plutarco Elías Calles se tornó hostil -a partir de 1926- para con los movimientos obreros. En vez de retraerse, Campa desplega un mayor activismo en defensa de los derechos laborales de los ferrocarrileros. En represalia es despedido y sólo reinstalado (en dos ocasiones) en el mismo año, gracias a las presiones ejercidas por sus compañeros.
A los 23 años Valentín Campa se suma al impulso de una histórica huelga general. En represalia y con la intención de minar al movimiento, la superintendencia de la División del Golfo ordena su destitución.
Es la cualidad que nos lleva a enfrentar el peligro, transformando el miedo en determinación para no paralizarse, amilanarse o claudicar, lo cual nos permite superar adversidades.
(1927 – 1933)
Campa desplegó su actividad en épocas de fuerte represión. A sus 23 años ingresa al Partido Comunista Mexicano (PCM) y -un día después- estalla la huelga general ferrocarrilera de 1927. En Tamaulipas, Campa es golpeado con una pistola en el rostro por el coronel al mando el 33º Regimiento y sangra profusamente. Es encarcelado, incomunicado y casi pierde la vida, pues el presidente Elías Calles ordena sea fusilado (presumiéndolo autor del descarrilamiento de un tren realizado por agraristas). El gobernador Portes Gil intercede.
La CTC le comisiona a Veracruz. Ahí con valor, logra hacer desistir a un numeroso grupo de huelguistas enardecidos de tomar las armas. A fines de ese año, se integra -en la Ciudad de México- a la administración nacional del sindicato ferrocarrilero. A pesar de que miembros del PCM eran asesinados y encarcelados, decide integrarse a su dirigencia. El PCM se ve forzado a operar en la clandestinidad. Valentín presenta oposición a la cooptación que realizaba -con apoyo del gobierno- la CROM, y organiza el Bloque Obrero Campesino (BOC). Convoca a constituir la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM). En 1930 es nombrado Secretario General.
Tras un atentado contra el Presidente Ortíz Rubio se recrudece la represión en contra del PCM. Valentín es encarcelado en Lecumberri en 1930. La omisión de registrarle en los libros de entrada apunta a una intención de desaparecerle. Luego de días en huelga de hambre, Campa y sus compañeros son liberados. En la noche es reaprehendido. Un futuro secretario del trabajo y jurista renombrado, argumenta como MP ante un juez, debe ser liberado. El Estado Mayor Presidencial protesta cuando no logra trasladarle a las Islas Marías. Campa es secuestrado por la policía y ésta le mantiene semanas incomunicado en una casa de seguridad y luego en unas oficinas, hasta que una autoridad le libera. Para 1932, Campa ya ha sido privado de su libertad en cinco ocasiones tergiversando el derecho, y ni así claudica.
De nuevo se ve obligado a operar en la clandestinidad. En 1933, bajo un pseudónimo, participa en la huelga en la refinería ASARCO de Monterrey. La policía vuelve a perseguirle.
En esas épocas no pocos líderes sociales perdieron la vida: empresas, autoridades y líderes sindicales (de uno y otro corte) solían recurrir a la agresión física. La vida de personas como Campa estaba vulnerable y siempre expuesta: si no se perdía por heridas y lesiones infringidas en la calle, se acortaba y extinguía por una enfermedad contraída -en condiciones insalubres- en la prisión.
Es la firmeza y seguridad para permacer frente a adversidades en la posición que uno mismo resolvió tomar permaneciendo en la consecución del objetivo. Requiere coraje y discernimiento.
(1930 – 1938)
Fiel a sus convicciones, rechaza la invitación del Gobernador Emilio Portes Gil para apoyar la campaña de reelección del presidente Obregón. Más tarde, desprecia dos nuevos ofrecimientos de puestos en el gobierno que le hacen a cambio de moderar su activismo.
A pesar de la confiscación por la policía de la imprenta donde editaban el periódico El Machete y tener a lo largo de cinco años el carácter de ilegal, Campa y camaradas mantienen su determinación de hacer llegar ideas y planteamientos a compañeros trabajadores. Consiguen una segunda imprenta. En la clandestinidad editan –con regularidad quincenal- miles de ejemplares encontrando cómo distribuirlos a todo el país, sin que puedan volver a encontrarles. Por semanas los impresores no salen de la casa.
En 1934 -ya asumida su presidencia- Cárdenas rompe con el monopolio del poder de Plutarco Elías Calles durante El Maximato. A pesar de que el gobierno detiene la persecución contra el PCM y le reconoce como una fuerza política aliada, Campa se rehusa a alinearse con Cárdenas. Reconociendo su capacidad, en 1935 el Bloque Obrero Campesino (BOC) lanza la candidatura de Valentín para Gobernador de Nuevo León. Se enfrenta al Callismo que impone el triunfo electoral del hijo del expresidente. Cárdenas influye para la anulación de la elección y la declaratoria de desaparición de poderes. Campa colabora al propósito superior y no se obsesiona en repetir como candidato.
En 1935, Campa y camaradas se manifiestan: 1) por la creación del Comité de Defensa Proletaria; 2) por rechazar declaraciones de Calles contra las huelgas de trabajadores, y 3) por aprobar un llamado a la nación para luchar contra una posible rebelión de callistas contra el gobierno de Cárdenas. Se comprometen a una huelga general y a formar grupos armados si fuerzas del ejército intentan perpetrar un golpe de estado. Demandan a Cárdenas disuelva las Camisas Doradasy las combaten físicamente.
En 1936 a pesar de las maniobras de Lombardo Toledano, Fidel Velázquez y otros, persevera en la constitución de una gran agrupación de sindicatos independientes: la Confederación de Trabajodores de México (CTM).
El PCM y la CSUM luchan porque en la industria petrolera se forme un sindicato único, haya un contrato único y se nivelen salarios y prestaciones a los más altos. En 1938, ante la rebeldía de compañías petroleras extranjeras de acatar sentencia de la Suprema Corte de Justicia que reafirma que los trabajadores deben recibir incremento, el Presidente Lázaro Cárdenas decreta la Expropiación Petrolera.La persona íntegra es aquella que se conduce con honestidad porque tiene una entereza moral tal que le conduce a hacer lo que considera correcto para uno mismo y para los demás, a partir del ejercicio del discernimiento ético.
(1938 - 1940)
Tras la nacionalización del petróleo en marzo de 1938, el General Juan Andrew Almazán es postulado como candidato a la Presidencia de la República impulsado por toda una agrupación de intereses reaccionarios. Se prevé desatar una rebelión en México con financiamiento estadounidense e inglés. Para coptarle, el gobierno le da a Almazán toda una serie de prevendas. Campa denuncia el hecho.
Después el General Saturnino Cedillo (antiguo Secretario de Agricultura) se alía con la reacción mexicana, así como con japoneses y alemanes y la empresa petrolera de Rockefeller. Se prepara para emprender una rebelión en contra de Lázaro Cárdenas para destituirle. Al constatar un fiel seguidor del General su disposición a traicionar a su patria, se desilusiona profundamente y percibe integridad en los comunistas mexicanos (el Partido Comunista Mexicano (PCM) venían criticando -desde dos años atrás- al General Cedillo). Acude al PCM para filtrarles información privilegiada y éste designa a Campa como enlace para alertar al Presidente. Valentín le transfiere múltiples detalles de las preparaciones militares del General Cedillo y cotiadianamente analiza con el presidente posibles cursos de acción.
El PCM decide denunciar públicamente la conspiración del General Cedillo. El General Cárdenas trata de evitarlo y Campa le responde que el Presidente de México no puede decidir por el PCM, generando la molestia de aquél. Cuando el presidente se asienta en San Luis Potosí (estado controlado por el conspirador), los comunistas asumen la custodia personal permanente del Jefe de Estado ante la amenaza de que sufriera un atentado. A Campa se le confirió “derecho de picaporte” en Palacio Nacional, por el resto del sexenio. Años después (durante la huelga ferrocarrilera de 1958-1959), el General Cárdenas le hace saber al Presidente López Mateos que él “mete las matos a donde quiera por Valentín Campa”. En ¿1959? ¿1960?, el expresidente Lázaro Cárdenas le visita en la cárcel de Lecumberri.Cárdenas le ofrece gestionar un indulto del Presidente Díaz Ordaz para que salga de prisión. Valentín Campa se rehúsa.
En 1940, Campa fue expulsado del PCM. El cargo: haberse negado a participar en atentados contra la vida del asilado soviético León Trotsky (de quién el propio Campa publicitaba su traición). A pesar de siempre haber acatado las directríces de la Internacional Comunista, Valentín decide conducirse con integridad: “Nosotros somos revolucionarios, no asesinos”. Tras su expulsión del partido al que había dedicado su vida, continúa militando en la izquierda. A pesar de la ignominia, aboga por la unidad entre partidarios del socialismo científico y el PCM. Para proteger la imagen del PCM sacrifica la suya: por años no habla sobre los motivos de su expulsión. Se niega a las propuestas que le hacen de fundar el Partido Comunista Mexicano Auténtico.
Habilidad que consiste en desplegar una acción eficaz resultado del análisis del contexto a la luz del objetivo que se persigue bajo una estrategia y tácticas pertinentes, sabiendo ajustar sobre la marcha en función de lo que se va presentando.
(1936 - 1946)
En 1936, Campa supo apoyar la conformación de una gran confederación de sindicatos de industria que hiciera contrapeso al sindicalismo charro de la CROM. En los años 40s, Campa aborda la lucha por los trabajadores de México con gran asertividad. En el impulso del movimiento sindical democrático no se restringe a sindicatos afines. Busca la unidad pero con sentido y emprende una actividad -muy intensa- para auspiciar tanto en agrupaciones de sindicatos controlados por el gobierno como en sindicatos blancos controlados por el patrón, la conformación de focos independientes. Integra con ellos frentes únicos sindicales que se distingan por su flexibilidad y amplitud. Siempre conjuga fuerzas y promueve la acción combinada y concreta que favorece la conformación de coaliciones.
Rehúye -una y otra vez- imponer proposiciones y opiniones. Llama a respetar normas y decisiones. Si resultan contrarias al criterio propio, convoca a promover se rectifiquen, pero en tanto no ocurra se acatan.
En 1941, ante la masacre de obreras y obreros de materiales de guerra en las inmediaciones de Los Pinos, reúne a ferrocarrileros, quienes acuerdan localizar a los muertos y heridos. Campa y sus compañeros obtienen del gerente de Ferrocarriles Nacionales, Enrique Estrada, el acuerdo de internar a los heridos en el hospital de la empresa. A los muertos se les vela en el edificio de la Alianza de los Ferrocarrileros. Campa organiza –rápidamente- protestas masivas para el día del entierro. Distribuyen propaganda en todos los centros de trabajo y hacen declaraciones a la prensa. Su rol es tan importante que el gobierno le detiene, por días, para minar el movimiento.
Campa insistió en la importancia de generar y conservar unidad entre los partidarios del socialismo científico y el PCM. El sindicato ferrocarrilero en cuya dirección participaba Campa mantuvo siempre posiciones democráticas y de resistencia hacia el proceso reformista y reaccionario de la CTM.
Se pronuncia por integrar un agrupamiento flexible de frente único antimperialista y democrático, formando en 1946 la Acción Socialista Unificada (ASU)integrada por diferentes corrientes de izquierda, novimiento al que se adhieren ferrocarrileros, petroleros y otros sindicalistas, así como estudiantes y profesores.
Es la capacidad reiterada de generar energía o fuerza y transmitirla en favor de la consecución de un objetivo compartido, incidiendo sobre el entorno.
(1946 – 1960)
Era tal el dinamismo de Valentín Campa que el gobierno se dedicó a sacarle de circulación y para ello recurrió a meterle a prisión: Ante las agresiones contra el Sindicato Ferrocarrilero desatadas por el gobierno de Miguel Alemán –a partir de 1946-, Campa y sus colegas lograron el apoyo de secciones petroleras, del sindicato de telefonistas, y de tranviarios, así como la simpatía del Sindicato de Mineros y Metalúrgicos. Impulsaron la constitución de la Coalición de Sindicatos Industriales. El peso se devaluó en 1948 pasando de $4.85 a $8.65 pesos por un dólar y se desató el incremento de precios. La Coalición realizó paros, manifestaciones y distribuyó propaganda.
Una comisión cuatripartita había recomendado eliminar 12 mil plazas de ferrocarrileros. Campa y sus colegas desconocieron el estudio. La Procuraduría del DF investigó a Luis Gómez Z. y Campa por “abuso de confianza”. El Comité Ejecutivo General del Sindicato Ferrocarrilero acordó suspender al Secretario General que había participado en la comisión: Jesús Díaz de León, conocido como “El Charro”. El Estado Mayor Presidencial le impuso y separó de sus puestos a todos los demás. El Charro habló de fraudes en el sindicato sin exhibir pruebas. El gobierno ordenó se aprehendiera a Campa y sus colegas. Campa tuvo que esconderse por un año y dos meses. En condiciones muy difíciles siguió instrumentando la unidad de acción y las alianzas.
En 1949 un convoy choca con dos máquinas estacionadas. Diarios y estaciones de radio difunden que Campa había dirigido el sabotaje. José Martínez Rodríguez es torturado hasta morir, al negarse a firmar que Valentín se lo había ordenado. Al fracasar, policías y soldados toman a un muchacho: Eleno Ayala Quintero, le llevan a ver al muerto, le torturan y lo presentan a declarar ante un juez de distrito. Éste desestima sus alusiones a Campa, por absurdas. Eleno pasa 17 años en prisión. El Jefe de la 15ª Zona Militar declara (saliendo de ver al Presidente Alemán): “Valentín Campa está fuera de la ley”. Campa es recluido por tres años dos meses en Lecumberri.
Aún privado de su libertad física detona sinergias entre campesinos y trabajadores, e integra a otros núcleos y compañeros dispersos. Contribuye a la construcción del Partido Obrero Campesino de México (POCM), que se formaliza en 1951. Al día siguiente de su liberación en 1953, se integra a su dirección, así como a la de su revista. En 1955, tras la muerte del gran líder del PCM y entrañable amigo de Valentín: Hernán Laborde, Campa quedó investido como el directivo más preparado del POCM.
Nunca darse por vencido a pesar de las adversidades y ser capaz de mantenerse a flote y soportar contratiempos y dificultades, todo ello con el fin de conquistar un beneficio; la capacidad de exhibir resiliencia afrotando desenlaces en contra y transformar nuestra realidad.
(1958 - 1970)
A Valentín Campa le tocó vivir tiempos extremadamente difíciles para los luchadores sociales quienes eran objeto de una fuerte represión que implicaba ser asesinados o condenados a prisión. Vivió y resistió una opresión feroz a los intentos de auto-organización que hacían los trabajadores en busca de defender sus derechos y mejores condiciones de vida.
En 1958, el gobierno intentó frenar el arribo de Demetrio Vallejo (también militante del POCM), a la dirigencia delsindicato ferrocarrilero. La voluntad de los trabajadores se impone por una votación de 59,759 votos contra 9. Campa se convirtió en su asesor político. Ante la carestía, los trabajadores de Ferronales obtienen un incremento salarial de $215 pesos mensuales. Ese incremento de 17% le es negado -por el Presidente López Mateos- a los obreros y empleados de las empresas ferrocarrileras chicas. Campa y sus camaradas solían pelear por igualar sueldos en una industria sobre la base de los más altos. Ante las intensas protestas callejeras, se ordena al ejército desalojar a todas las familias de carros de ferrocarril (ya fuera de servicio) en los que vivían. La intensidad de la huelga se acrecienta. En 1959, las huelgas son declaradas inexistentes y el sindicato es asaltado por el ejército. En los barrios donde residen ferrocarrileros se proscriben reuniones de más de dos personas. Ejecutando la estrategia de una agente de la CIA, en la TV, radio y periódicos se difunde que “la huelga es dirigida por dos diplomáticos soviéticos”. Son despedidos 10,000 ferrocarrileros. Campa ingresa al Palacio Negro de Lecumberri en 1960. Al no poder frenar su persistencia, el gobierno le recluye en prisión a lo largo de 10 años, siendo para ese entonces uno de los presos políticos que mayor tiempo pasa recluído.
En 1967 la Juventud Comunista de México y otros estudiantes de izquierda organizaron la "Marcha de la Libertad”. Un agente de la Policía Federal de Seguridad le planteó a Campa la posibilidad de obtener su libertad a cambio de influir para suspender la movilización. Campa respondió que no tenía relación o influencia sobre la marcha, y -de tenerla- exhortaría a los jóvenes a agruparse lo mejor posible. En represalia, a las pocas semanas se notificó a Campa la negativa a la libertad preparatoria contemplada en el Código Penal que habían solicitado su abogado y amigos.
Trabajadores ferrocarrileros, militantes sindicales y dirigentes tanto sociales como políticos, vieron en Campa un líder y un símbolo de resistencia frente al gobierno opresor. El talentoso y recio dirigente nunca se doblegó ante las injustas detenciones.
Ejercer, a partir de mis pensamientos e ideales, una influencia sobre los demás para unirles, guiarles o motivarles en la consecución de objetivos compartidos.
(1974 – 1989)
Desde muy jóven influye –poderosamente- sobre otros trabajadores. Con gran fidelidad y eficacia, se dedica a organizarles en la defensa de sus derechos y para la promoción de sus intereses. Es uno de los grandes líderes sindicales del siglo XX. Su reflexión se mantiene centrada en los intereses de la clase trabajadora y de ella pasa –siempre- a impulsar la acción colectiva. Es un gran articulador de múltiples movimientos sociales. Ejerciendo persuasión, motiva –con su ejemplo y razonamientos- a luchar por la justicia social, tanto a dirigentes como a militantes de base, con un compromiso inusitado.
Suele trabajar para ensanchar movimientos sociales y políticos. Desde 1929 ejerce liderazgo al seno de la Confederación Sindical Unitaria de México (CSUM). En 1936 contribuye a la unidad de sindicatos de industria en torno a una gran confederación: la CTM. En los 70s, se involucra en la integración del Frente Nacional de Acción Popular (FNAP) que agrupa la insurgencia sindical, campesina, estudiantil y popular. En la Convención Sindical del PCM de 1974, hace un llamado a incorporar a nuevos sindicatos en la construcción de un movimiento sindical independiente que combata el charrismo. Invita a unir experiencias, conocimientos y recursos para cristalizar objetivos “por los que hemos luchado toda la vida”.
Ejerce liderazgo como un constante promotor de la unidad política de las izquierdas a lo largo de muchas décadas (desde los años 30s fue un miembro altamente respetado de la dirigencia del Partido Comunista Mexicano (PCM)). Participa en la dirigencia del Partido Obrero Campesino Mexicano (PCOM). Como candidato a la presidencia de una izquierda unida y único opositor a José López Portillo en la elección de 1976, realiza 97 concentraciones en 28 entidades federativas y recorre 30,000 kilómetros. A pesar de que no se le concedió el registro, obtiene cerca de un millón de votos. De 1979 a 1981 es Diputado Federal en la LI Legislatura. En homenaje, sus compañeros le designan Presidente de la Mesa Directiva.
En 1981 contribuye a la fundación del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y en 1987, a la del Partido Mexicano Socialista (PMS). En 1988 a meses de la elección apoya el viraje en torno a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas. En 1989 aporta a la conformación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), convencido de la necesidad de avanzar -en la diversidad ideológica- a una nueva fase superior de unidad para orientar a México por un rumbo democrático, nacionalista y popular.
Actuar reiteradamente de manera congruente con nuestros principios e ideales (aunque la circunstancia, el entorno o los demás nos presionen en otro sentido).
LEALTAD A SUS CONVICCIONES
Campa siempre buscó la libertad sindical, la no imposición de líderes sindicales desde la propia empresa o el gobierno; hacer escuchar la voz de los trabajadores por medio de manifestaciones o huelgas y la organización política de la clase trabajadora. Mantuvo infatigables sus anhelos de justicia e igualdad. Su lucha por la defensa de derechos y por la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores siempre permaneció intacta.
En la promoción de los intereses de los trabajadores jamás se dejó cooptar ante las ofertas de beneficio individual, ni se retiró de la lucha tras sufrir la privación de su libertad (a pesar de haberlo experimentado en doce ocasiones).
El oficio por el que el Secretario de Gobernación, Luis Echevería, le niega en 1968 su libertad anticipada señala: “el encarcelamiento no ha logrado modificar… la ideología política que sostiene”.
Hombre íntegro y congruente con su lucha. Nunca desistió, pues aún en el presidio su activismo estaba presente: -zagazmente- siguió operando, de manera subrepticia, hacia afuera y conformó comités de lucha en favor de los presos políticos.
Al escribir sus memorias en 1977, comparte que pretende “dejar constancia de las experiencias… de mi vida como revolucionario… recogidas a lo largo de de más de 50 años de actividad militante… mi más alta aspiración es poderlas compartir con las nuevas generaciones de revolucionarios”. Confió en que “obreros, asalariados, campesinos, intelectuales, estudiantes y pequeños negociantes empobrecidos…puedan acercarse a nuestras experiencias con sentido crítico y aprovecharlas para poder enfrentar los complejos problemas que conlleva la preparación de una nueva revolución social en México”.
En 1984, Valentín cierra las palabras que dirige a amigos, compañeras y compañeros, en estos términos: “Ante la gran represión callista iniciada en 1930, llegué a la conclusión de que moriría joven con los zapatos puestos. Llego a veterano con 80 años: sólo me comprometo a cumplir con mi deber de socialista revolucionario mexicano hasta donde den mis fuerzas y capacidad me lo permitan”.