Tengo el privilegio de conversar -hoy- con una mexicana excepcional: la Senadora Ifigenia Martínez. Platicaré con ella sobre Valentín Campa Salazar.

Senadora: ¡Muchas gracias por compartirnos tu experiencia! Nos decías (hace unos momentos) que conociste a Valentín Campa; que tu papá era ferrocarrilero ¿verdad?

Era amigo de él. Así es, era ferrocarrilero de oficina, o sea: no de riel..

Valentín en los rieles y tu papá en las oficinas, en Ferrocarriles Nacionales...

En los Ferrocarriles Nacionales, sí.

¿Acá en la Ciudad de México?

Sí, en la Oficialía Mayor (era parte de la Oficialidad Mayor de Ferrocarriles, mi papá).

Y entonces a tí te tocó conocerlo ¿en qué contexto? (a Valentín Campa).

Yo lo conocí -más que nada- de nombre, por mi papá y por los amigos de mi papá. Hasta que yo llegué a la… entonces… Escuela Nacional de Economía, como directora. Los muchachos (ya ves cómo son), luego luego se apersonaron (solicitando) que el auditorio llevara el nombre de Valentín Campa. Y, sí: le pusimos “Valentín Campa”. No tuve ninguna objeción. Yo no tuve ningún inconveniente. Al contrario: ¡Lo hice con gusto!

¡Qué privilegio! Qué bonita manera de rendir homenaje a alguien que no había estudiado economía, pero que -de manera autodidacta- siempre buscó prepararse para poder defender los intereses de los trabajadores.

Es que los muchachos en aquel entonces estaban muy ideologizados (los de la escuela Nacional de Economía). No era facultad todavía, fue facultad hasta que se la llevaron a Ciudad Universitaria. Yo estoy hablando de la Escuela Nacional de Economía que estaba en las calles de Cuba y ahí teníamos el auditorio que llevó por nombre “Valentín Campa”.

Y hablando de economía (porque además tu tienes un Doctorado en Economía: toda una trayectoria. Como una mujer que ha estudiado esta ciencia de la economía) ¿qué tan importante es lo que hacía Valentín Campa -desde el punto de vista económico- organizar a los trabajadores; pelear por igualar salarios…

Antes voy a hacer una pequeña aclaración: Yo no tengo el titulo de doctorado, yo nada más alcance el título de licenciatura y maestría en Economía, en la Universidad de Harvard; me casé también con un economista…

¿Qué tan importante es que Valentín hiciera esta labor de organización sindical con otros trabajadores? ¿Qué buscaba al organizarlos?

Bueno: A mí me pareció que -en esa época en que México empezaba a surgir como un país industrial (apenas a industrializarse y todavía con grandes residuos de economía agrícola y no capitalista)-, yo creo que la labor de Valentín y de otros que lo acompañaron en la lucha (otros del Partido Comunista -o de los partidos de izquierda que lo acompañaban); Yo creo que representaron un factor muy importante en el desarrollo económico y social de México.

En su momento los ferrocarriles tenían todo un peso en la vida económica de México…

Así es, tenían un peso como cualquier otro medio de comunicación y sobre todo, a largo plazo, pues era lo más adecuado antes de que el PRI hiciera las grandes carreteras y la industria de trasportes desarrollara todo eso. Sí, mi papá fue ferrocarrilero aunque, como decían, de oficina, no importa si era de oficina, pero sí.

Y esta labor que hizo Valentín, de empezar a impulsar que hubiera esta agrupación de sindicatos por industria ¿qué impacto económico podía tener para los trabajadores? En que, en vez de que cada quien tuviera sus reglas de contratación con la empresa para la que trabajaran, hubiera una uniformidad en las prestaciones, en los salarios, en toda la industria, en este, caso de los ferrocarriles…

Bueno, yo no estoy muy enterada de esa lucha, pero yo creo que la contribución de todas las gentes (sic) de izquierda en México desde su desarrollo (sobre todo de la época porfiriana para acá cuando se forma el México moderno) ha sido muy importante para equilibrar un tanto toda la estructura social y económica del país.

Y es este esfuerzo que hizo para igualar los salarios a los salarios más altos en la industria; que los que ganaban menos trabajando en la misma industria pudieran ir conquistando un salario más parecido al que recibían los trabajadores mejor pagados en la industria…

Toda la lucha por la igualdad y la protección de los asalariados y de los trabajadores creo que fue muy importante en una época en la que, precisamente, se creía que capitalizando al país -y con la acción de los que podían ser los inversionistas y demás- era suficiente. Siempre el equilibrio social incluye, precisamente, que los que son más (que son en este caso los trabajadores) tengan sus propias garantías.

Hay una época en la que -seguramente- tú eras, Senadora, una estudiante de preparatoria muy talentosa. En esa época. Valentín Campa está luchando para que el gobierno tome ciertas medidas de protección al ingreso de las familias de los trabajadores; porque viene la Segunda Guerra Mundial y están subiendo los precios (hay carestía); y Valentín impulsa un movimiento en el que los trabajadores solicitan que se detengan los incrementos en los artículos de primera necesidad, hay una dinámica de carestía y Valentín hace un esfuerzo en ese sentido...

En aquel entonces estaba en la Escuela Nacional Preparatoria. Después pasé a la Escuela Nacional de Economía… donde adquirí un mayor conocimiento de Campa y de todos los movimientos de izquierda; luego, (tuve retroalimentación con) los profesores españoles (quienes arrojados de la guerra de España, llegaron a la Escuela. En fin… fue una época muy dinámica...

Y de esta parte ¿qué nos podrías reflexionar, respecto a este tipo de personalidades que -en vez de buscar un beneficio personal, en vez de buscar hacer un negocio- lo que privilegian es el ayudar a los demás, el comprometerse con una causa? Que en el caso de Valentín (igual que contigo), ha sido un compromiso de toda la vida…

Nos platicaban justamente que Valentín -a los 95 años- seguía asistiendo, una vez a la semana, a la Comisión de Asuntos Sindicales del Partido de la Revolución Democrática (del PRD). Este anhelo, esta pasión por contribuir, de las personas como Valentín Campa ¿qué representa para los mexicanos de hoy?

Yo siempre he pensado que los movimientos de izquierda en México han jugado un papel muy importante para equilibrar un tanto, no lo suficiente, pero sí para equilibrar un tanto, la distribución del ingreso.

Sí, es un tema que conoces muy bien: escribiste un libro -que llamó mucho la atención- donde analizaste la distribución del ingreso en México. Y ahí la labor sindical de Valentín -y la propia labor política de organizar distintos partidos políticos- representaba la posibilidad de equilibrar un poquito ese desequilibrio del ingreso.

Sí, de tener –digamos- un desarrollo más equitativo. Aunque (desde luego) no deja uno de comprender que las bases de un desarrollo más equitativo están en la educación (en una parte muy importante); en la salud; en los grandes satisfactores sociales, que se tiene que hacer (se acceda) a un nivel de igualdad para todos.

Tú fuiste una lideresa política que contribuyó al nacimiento del PRD (del Partido de la Revolución Democrática) y ahí te debe haber tocado coincidir con Valentín Campa (porque Valentín venía del Partido Comunista, venía del interés de unir a las izquierdas y en su momento -tengo entendido que- Valentín apoya a la conformación de este nuevo partido del PRD a partir del Partido Mexicano Socialista. Y a su vez venía del Partido Socialista Unificado de México, al que el Partido Comunista le había prestado su registro oficial para que naciera el PSUM…) ¿Recuerdas esa época del nacimiento del PRD?

¡Claro que sí! Sí lo recuerdo porque nos tocó a nosotros (cuando digo “nosotros” me refiero a Cuauhtémoc Cárdenas y a Porfirio Muñoz Ledo -muy especialmente Porfirio Muñoz Ledo, que era un ideólogo increíble Porfirio y Cuauhtémoc también). Muy valientes, sobre todo en eso que nos tocó: la fundación de un partido de izquierda que rivalizó -al principio- con el PRI. Por eso nos salimos nosotros, como digo: Nos regañaron, pero nunca nos expulsaron los del PRI y nos desconocieron. Más bien lo que estábamos haciendo nosotros (que era tratar de democratizar la contienda política del país). Yo diría que lo logramos.

¿Y qué tan relevante fue contar con el apoyo de gente como Valentín Campa (sumarles a este proyecto de un nuevo partido que uniera a varios entes de izquierda)?

Muy, muy importante. Fue muy importante porque toda la ideología de aquel entonces (de los partidos de izquierda) con Arnoldo Martínez Verdugo, entre otros, tenía una representación muy importante en la Escuela Nacional de Economía (que estaba en las calles de República de Cuba, de la cual me tocó ser directora). Entonces ahí sí: los grupos de izquierda eran un grupo importante, mas que nada por su forma de pensar y de luchar y porque abrían nuevas perspectivas. Entonces -con el fin de la Segunda Guerra Mundial, se fortaleció la Unión Soviética, que tenía la ideología fundada en propiedades del Estado y no tanto de la iniciativa privada...

Nuestro presidente López Obrador ha mencionado a Valentín Campa como un precursor de la 4T (de la Cuarta Transformación) ¿qué podrías compartirnos en ese sentido, de Valentín Campa?

El sentido es -fundamentalmente- de un gran nacionalismo, es decir, quieren y esperan que México logre su desarrollo como país, como unidad con sus propias características históricas y étnicas; y eso es muy importante. Después, en el concepto de igualdad -que para mí ha sido fundamental- quieren sea para todos: incorporar a todos.

Y en la parte de la honestidad (Valentín fue un líder sindical que jamás se dejó llevar por la tentación del dinero, del poder, de los recursos); y en ese sentido, también en esa integridad personal (esa honestidad) Valentín puede ser -también- en ese sentido un precursor de la 4T ¿verdad?

Absolutamente, la cuestión de honestidad es una parte muy importante de la ideología (en aquel entonces la ideología se llamaba comunista, pero realmente era nacionalista).

Recordamos que Valentín Campa, incluso cuando es todavía prácticamente un niño -apenas empezando a ser adolescente- en el momento que entra la expedición punitiva de Estados Unidos buscando a Francisco Villa, él va con sus compañeros de escuela al patio del ferrocarril a pedir que lo enlisten en el ejército (que iba a repeler la invasión de los Estados Unidos), y tenía 12 años de edad cuando sintió ese llamado de defender a México. Y luego tenemos la época en la que el presidente Lázaro Cárdenas está sufriendo la reacción a las políticas desplegadas por el Estado mexicano -bajo su gobierno- y cómo empieza a haber un movimiento reaccionario a favor del general Almazán, y Valentín Campa denuncia esto públicamente a la sociedad mexicana (no solamente con los trabajadores sino con los medios de comunicación), y después apoya la expropiación petrolera que llevó a cabo el presidente Lázaro Cárdenas. Ahí también tenemos esta vertiente nacionalista de Valentín…

Sí. Así es. Yo creo que toda esta corriente es una corriente de opinión muy fuerte (sobre todo intelectual, porque dominio económico no tenían, tenían muy poco; pero las ideas que tenían, eso era lo que trascendía…). Y la asociación, la agrupación de estos núcleos en, por ejemplo, el Partido Comunista; después cuando surgió el PRD (el Partido de la Revolución Democrática con Porfirio y con Cuauhtémoc), nosotros conservábamos la idea de tener un país industrializado pero con una distribución más igualitaria del ingreso.

Y Valentín como legislador (cuando fue diputado federal) llegó a tener intervenciones en tribuna en debates en materia económica -siendo que el no había tenido oportunidad de concluir la secundaria- (él buscaba la manera de prepararse leyendo, platicando con la gente para ir desarrollando un pensamiento económico y tener posturas más sólidas)…

A mí realmente no me tocó ver (tratarlo mucho en ese sentido) pero sí a través de la Escuela de Economía (a donde) yo asistí. Ahí iba no solo “La Chata” Campa, hija de Valentín (por ella teníamos conocimiento de él), también Arnoldo Martínez Verdugo, Heberto Castillo -todas y todos un grupo fuerte y muy inteligente- de dirigentes de izquierda.

¿Nos puedes platicar un poquito de “La Chata” (de la hija de Valentín)?

Fue mi compañera en la Escuela Nacional de Economía, y en lo poco que yo me acuerdo de ella es una persona activa y de las mismas ideas que teníamos muchos de democratizar al país; de lograr que todo mundo tuviera las necesidades sociales básicas, de educación, de salud, de vivienda, de trabajo y que no hubiera mexicano que no tuviera acceso a estos bienes indispensables.

Ese compromiso social también existía -de manera fuerte- en Valentín...

Muy fuerte porque las leyes del mercado no nos iban a guiar para allá. Al contrario, en las leyes del mercado (se) indicaban el lucro y la privatización de las riquezas nacionales. Y esa era una idea contraria a la de los que se ostentaban (de) tener un pensamiento socialista y comunista: entre los cuales está Valentín. Y mi papá también era de las misma ideas. Así que digamos que yo estaba enterada.

Esta decisión del presidente López Obrador, de llevar los restos de Valentín Campa Salazar a la Rotonda de las Personas Ilustres y rendirle un homenaje -muy sentido- a Valentín Campa ¿te da gusto?

A mí me da un gran gusto y además considero que es muy merecido que se incorpore a esta parte de personajes mexicanos que tenían estas ideas, que en aquel entonces podrían parecer muy utópicas: que la riqueza no tuviera propiedad individual sino que fuera de todos; que hubiera suficientes recursos para tener un plano de igualdad; educación para todos, salud para todos, vivienda para todos, empleo para todos. Entonces el “todos” es, digamos, una palabra muy fuerte porque evita exclusiones.

E implica justicia…

Implica justica ¡claro! ¡Y derechos!

Algo por lo que has peleado mucho. Muchas gracias senadora (por) todos estos años, (por) tu pensamiento, (por) tu talento puesto al servicio de la gente.

Pues más que nada de mi país. Yo diría que eso sí he sido siempre: Partidaria de defender a México. Como me ha tocado a mí también vivir en el extranjero y estar en el extranjero (porque mi marido sacó un doctorado de las grandes universidades de Estados Unidos, también me tocó vivir allá, pero no es lo mismo un ambiente intelectual que un ambiente de negocios como el que prevalece por siempre en Nueva York.. en aquél está uno abierto a las ideas de todos… Así que: Sí: He sido muy afortunada, en ese sentido…